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El objetivo es garantizar «el acceso a todo el alumnado» para recibir clases online
Ante lo acontecido tras el confinamiento que provocó la pandemia del coronavirus en España, tras tomar nota de las dificultades que ha habido en materia de Educación, donde la brecha digital ha provocado que algunos alumnos no hayan tenido las mismas oportunidades para estudiar a distancia, el Gobierno y las comunidades autónomas quieren que los centros educativos tengan suficientes dispositivos electrónicos para el próximo curso con el objetivo de garantizar “el acceso de todo el alumnado” a la educación online. De este modo, si contra el deseo de todos hubiese un rebrote de coronavirus en nuestro país en algún momento, hasta el punto de obligar al confinamiento, Educación quiere estar prevenida y actuar de acuerdo a la experiencia adquirida en los últimos meses.
Así figura en el borrador del Ministerio Ministerio de Educación y Formación Profesional, al que ha accedido Europa Press. En él, se recogen planes de contingencia para el curso 2020-2021 y se señala que serán los centros los que tendrán que proveer a sus alumnos de estos dispositivos mediante “entrega o préstamo” con el objetivo de que todos ellos puedan seguir recibiendo clases en igualdad de condiciones.
«El desarrollo del curso 2020-2021 es imprevisible, dado el desconocimiento que aún tenemos acerca de la posible evolución de la pandemia del Covid-19. En consecuencia, resulta imprescindible establecer planes de contingencia que prevean las distintas circunstancias que puedan darse», se lee en el borrador, elaborado tanto por el Ministerio como por las CCAA tras acordar, el pasado 14 de mayo, la constitución de un grupo mixto para trabajar en conjunto en el regreso a las aulas previsto para septiembre.
Desde que se decretase el estado de alarma, en un ya lejano 14 de marzo, más de 8 millones de estudiantes de todas las etapas educativas preuniversitarias han tenido que seguir con la enseñanza desde casa ante el cierre de los centros educativos. Ante la posibilidad de que este escenario se repita, las administraciones contemplan dotar a cada centro del “equipamiento tecnológico necesario” para facilitar el acceso digital y, de ese modo, hacer posible “la comunicación en línea y el trabajo lectivo”.
Entre tanto, hoy afortunadamente han vuelto a las aulas los primeros alumnos en Galicia y País Vasco. Después de 2 meses de clases virtuales, profesores y compañeros se han reencontrado estrenando rutinas como las mascarillas obligatorias, la toma de temperatura a la entrada y los dos metros de distancia entre las mesas. De momento, son solo los mayores los que han vuelto: los de cuarto de la ESO, Bachillerato y FP.
Planes de contingencia y medidas para evitar contagios
El borrador de Educación y las comunidades autónomas señala que los planes
de contingencia ante una eventual suspensión de la actividad docente debe estar definido antes de las próximas vacaciones escolares: “Será una tarea prioritaria para desarrollar en este próximo periodo de actividad escolar previo a la finalización del curso”, se subraya en el documento, que enumera diversas recomendaciones para adaptar la vida en los centros educativos para prevenir el contagio de coronavirus. Contar con material higiénico y sanitario; mantener la distancia de seguridad definida por todos los expertos como imprescindible y fundamental; y limitar el aforo, tanto en aulas como en patios y zonas comunes, para garantizar dicho distanciamiento, son algunas de las medidas aconsejadas.
Además, el Ministerio apuesta por la creación de protocolos de movilidad para el acceso y la salida de los centros, al tiempo en que se recomienda adecuar los horarios con el propósito de cumplir las condiciones sanitarias establecidas» por medio del «establecimiento de turnos» entre los estudiantes.
“Programación alternativa” ante “situaciones anómalas”
En la misma línea, el borrador llama a los centros a adaptar sus currículos y programaciones para centrarse en «los saberes y competencias fundamentales» con el fin de recuperar los déficits ocasionados» por la suspensión de las clases presenciales este año y, ante la posibilidad, remota o no, de que en el futuro puedan volver a suspenderse las clases, se les exige que estén preparados con una “programación alternativa” que pueda ser impartida a distancia “cuando resulte necesario”. En ello, se incluyen métodos de evaluación adaptados a la circunstancia, al tiempo en que se diseñarán “protocolos para el trabajo colaborativo entre docentes en situaciones anómalas«.
En este sentido, se hace alusión a las «buenas prácticas desarrolladas durante los meses de actividad lectiva a distancia en el curso 2019-2020».
A este respecto, tanto el Ministerio como las comunidades autónomas están trabajando en el desarrollo de un «plan de refuerzo de la competencia digital» con «formación intensiva al profesorado para la utilización de recursos ‘online’, así como un «plan de preparación del alumnado para la utilización de herramientas y plataformas digitales».
De este modo, el objetivo es que ningún alumno quede ‘desconectado’ y todos ellos reciban una enseñanza efectiva que cuente, además, con un “plan de seguimiento y apoyo”, especialmente para quienes tengan dificultades para seguir la actividad lectiva, ya sea «por falta de recursos tecnológicos o de competencia digital».