Cada 21 de junio, se conmemora el Día Internacional por la Educación no Sexista, insistiendo en la necesidad de analizar temas como el analfabetismo en niñas y mujeres en algunos países, así como los roles y estereotipos sexuales, que también son reproducidos desde la escuela.
Se hace urgente una escuela no sexista, inclusiva y feminista que erradique de una vez por todas estas discriminaciones tan enraizadas hasta nuestros días. Y es necesario que se aborde desde los primeros años. Marina Subirats y Amparo Tomé plantean que vamos adquiriendo los roles y estereotipos de género desde los primeros años. En general, a los 6-7 años, las niñas ya se ven trabajando y formando una familia con hijos, mientras que los chicos imaginan solo su vida profesional. Por tanto, si queremos una auténtica educación en igualdad, hay que empezar antes.
La presencia el sexismo en la escuela se evidencia en ese currículo oculto que apenas tenemos en cuenta, con mensajes acerca de lo femenino y lo masculino, los libros de texto que repiten estereotipos, las diferentes expectativas de rendimiento y de comportamiento hacia niños y niñas y las oportunidades que les ofrecemos en el patio de recreo o la historia contada desde hegemonía masculina. La literatura sigue visibilizando grandes obras de la literatura escritas por hombres; el lenguaje sexista se continúa mostrando sin mediación de crítica…
Por ello, los currículos que elaboramos y los libros y materiales que utilicemos deberían estar libres de estereotipos para todos los niveles de enseñanza, incluyendo la formación de personal docente. Un currículo con calidad, igualdad y equidad que contribuya lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas,
Es importante que tutores y tutoras, equipos directivos, profesorado especialista, departamentos de orientación…reciban una formación en coeducación de calidad .De lo contrario poco vamos cambiar. Necesitamos formación para reconocer y desaprender todo aquello que el patriarcado ha transmitido y normalizado para acabar aprendiendo cómo implementar una verdadera educación no sexista en nuestro alumnado. Como docentes deberíamos analizar nuestros puntos débiles y fuertes con esas “gafas violetas” tan necesarias, reflexionar sobre las prácticas discriminatorias y sexistas que se perpetúan a diario, visibilizándolas con nuestro equipo docente y con nuestro alumnado.
Deberíamos terminar esta práctica reflexiva proponiendo alternativas coeducativas que acaben con esa educación sexista tan encorsetada y casposa que defienden personas contrarias a una educación feminista, las mismas que exigen el uso del pin parental o la eliminación de la educación afectivo-sexual en los centros.
Los Planes de Igualdad deberían garantizar el desarrollo de una educación no sexista en nuestros centros, introduciendo en los contenidos el papel de las mujeres y su contribución al desarrollo de la sociedad. Usemos un lenguaje incluyente e integrador en el que las niñas se sientan identificadas y reconocidas también. Desaprobemos contenido, material, comentarios machistas por parte de otros docentes y estudiantes. Vayamos más allá del binarismo de género en donde por ejemplo los chicos son “campeones” y las chicas “princesas”. Promovamos la corresponsabilidad en el trabajo doméstico y en el cuidado de las personas de forma igualitaria entre a las y los estudiantes. Trabajemos la prevención de la violencia de género con chicos y chicas desde la emoción para enseñar a querer bien.
Desde la Organización de Mujeres Intersindical queremos reivindicar la necesidad de seguir defendiendo una educación feminista y, por ende, no sexista. Una educación que colabore en la transformación de esa sociedad en la que vivimos, que continúa discriminando a niñas y a mujeres.
21 de junio 2020
Organización de mujeres CI