La docente aviva la llama de la Navidad en residencias con un proyecto de intercambio de adornos entre alumnos y ancianos.
“Iluminar los días grises a todos aquellos abuelos que no pueden compartir abrazos y besos con sus familias en Navidad”. Con este objetivo, la maestra toresana Rebeca Carazo ha retomado un proyecto intergeneracional que puso en marcha el pasado mes de marzo para, tras la declaración del estado de alarma por la pandemia del COVID, compartir solidaridad y esperanza, a través de cartas y dibujos, entre escolares y personas mayores, intercambio que contribuyó a forjar una entrañable relación. En la iniciativa solidaria impulsada por Carazo se implicaron los alumnos de los colegios en los que imparte clase, CEIP Gumersindo Azcárate y C.R.A Ribera del Porma de León, así como varias residencias de las que dos, “Ciudad de Toro” y “San Agustín”, cuidan a personas mayores en la ciudad.
“Regresamos al colegio en el nuevo curso y pensamos que la situación iba a mejorar, pero volvieron las medidas restrictivas” y, por este motivo, Carazo propuso a sus compañeros docentes que el proyecto solidario tuviera continuidad, idea que tuvo una gran acogida en los dos centros escolares en los que trabaja. Ante las limitaciones de visitas a las personas mayores ingresadas en residencias para minimizar riesgos, Carazo propuso retomar el proyecto en “una época tan especial como es la Navidad” implicando a los alumnos, que se han convertido en “sembradores de estrellas” para aportar un poco de luz en los días de fiesta a las personas que residen en centros geriátricos.
En el proyecto solidario, como apuntó la docente toresana, colaboran los dos geriátricos toresanos y las residencias “Santo Martino” de León y “Mixta de Mayores” en la localidad de Armunia, aunque otros centros también se han interesado por la iniciativa, conscientes de que en fechas tan señaladas como la Navidad las personas mayores necesitan muestras de cariño. Desde sus inicios, según Carazo, el objetivo del proyecto fue generar un “feedback intergeneracional”, meta lograda porque todas las residencias han entregado pequeñas manualidades que han realizado los ancianos, tales como belenes, árboles de Navidad o estrellas, trabajo en el que han contado con la colaboración de los trabajadores de los centros geriátricos, que también se han volcado con la iniciativa y que muestran abiertamente su ilusión, esperanza y agradecimiento cuando tiene lugar el intercambio de adornos con los que han creado los 170 alumnos de distintas etapas educativas de los dos centros escolares de León, con ayuda de sus tutores.
Con el intercambio de adornos, los ancianos reciben “mensajes de amor y esperanza” a través de árboles de Navidad y calendarios de Adviento, aunque en sus residencias también podrán escuchar los villancicos interpretados por alumnos del centro Gumersindo Azcárate, que remitirá las actuaciones navideñas de cada clase a los centros geriátricos para, con este gesto, “seguir transmitiendo la magia de la Navidad”. Con su implicación en la iniciativa impulsada por Carazo, los más pequeños aprenderán valores tan importantes como la solidaridad, mientras que los mayores revivirán con mayor ilusión y esperanza una Navidad que, este año, para ellos también será diferente.